Hace mucho que no compro pollo. El color, sabor y tamaño de los pollos del super me empezó a resultar cada vez mas desagradable.
Después descubrí los pollos orgánicos, que esta buenísimos pero a veces son difíciles de encontrar y a raíz de esto empecé a comprar gallinitas cornish.
Están deliciosas, tienen una crianza bastante natural y están a buen precio por kilo además las puedes ir descongelando depende de cuanto necesites (vienen de 2 por paquete, las venden en muchos lugares en la sección de congelados).
– 1 gallinita cornish.
-3 chayotes.
-4 zanahorias.
-3 calabacitas.
-1/2 cebolla.
-1/2 jitomate.
-2 papas.
(De verdura le puedes poner lo que quieras, cuando tengo le pongo ejotes, chicharos, etc).
-1 cucharadita de orégano.
-1 puñito de arroz.
-Sal.
Descongelar la gallinita desde mínimo una noche antes. Llenar una olla profunda de agua hasta la mitad, meter la gallinita entera y poner mas agua hasta llegar casi hasta arriba, dejando solo un espacio para que hierva con facilidad si que se tire.
Agregar la cebolla y el jitomate y un poquito de sal. Poner a hervir a fuego medio alto hasta que empiece a hervir y después bajar el fuego a medio para que siga hirviendo. No la tapes… el chiste es que vaya reduciéndose.
Durante todo el tiempo, ve quitando con una cuchara cualquier espumita o residuo que saque la gallinita o la verdura.
A los 15 minutos, mete las papas y zanahorias en cuadros y el puñito de arroz. Revisar la carne de gallinita, cuando este cocida, sácala para quitarle toda la piel y huesos y reservar solo la carne.
(El espinazo principal y huesos grandes los puedes congelar, para otro día que hagas sopa de verduras, arroz o hasta alguna salsa).
Volver a meter la carne desmenuzada con las verduras blandas. Volver a probar de sal y poner un poco mas si fuera necesario.
Disfrútalo con unas gotas de limón y un taquito de aguacate.